Mi Primer Millón

Mi nombre es Pamela, tengo 45 años, he vivido en alquiler durante toda mi vida, tengo 5 hijos, mi esposo murió hace 5 años y me ha tocado mantener y cubrir los gastos para la educación de mis hijos durante mucho tiempo, no ha sido nada fácil conseguir el suficiente dinero, aunque mis 2 hijos mayores ya me colaboran con algunos gastos, aún no he logrado ahorrar para comprar una casa, prácticamente todo lo que gano es para el alimento y estudios de mis hijos más pequeños. Hace 1 mes, me llegó una carta de una deuda que mi esposo debía y por lo tanto debía ser cancelada, me angustié demasiado, ya que si no lograba conseguir ese monto, entrarían a mi casa a llevarse todas mis cosas, quedé demasiado abatida ese día, no sabía de donde conseguiría dinero, entonces me tocó recurrir a familiares, donde todos me dieron una negativa; al volver de la casa de Lucía, mi hermana, pasé por un lugar con muchas luces, había un letrero bastante grande, donde decía: ¨Gane su primer millón¨, no faltó nada más para que entrara a ese lugar y preguntara como, resultó ser un lugar de apuestas y juegos, aunque yo no tenía una buena percepción de aquel lugar, mi mente solo estaba concentrada en conseguir el dinero, averigüé como podría ganar ese dinero, un muchacho muy gentil y amable me explicó en qué consistía y me dirigió a un juego donde tenía un cartel que decía: ¨giros gratis en Sr. Casino¨, era una ruleta bastante atractiva, luminosa y grande, lo mejor es que me dieron los giros gratis (ese día era el aniversario de ese lugar), entonces me animé a lanzar de la ruleta para hacerla girar y cuando paró, no podía creer, ¡paró en el millón!, mi corazón saltaba de emoción y en ese momento sonó una melodía de felicitación y una señorita muy esbelta y linda se acercaba a mí, trayendo en manos un cheque, mi rostro no ocultaba ni poco mi alegría. Además, ese día, ya cumplía la fecha de contrato del alquiler de donde vivía, debía marcharme, llegué a casa y sin esperar ni segundo más, conté a mis hijos la buena noticia y todos sin esperar hicieron sus maletas para marcharnos a nuestro nuevo hogar, y lo mejor nuestra casa propia, era todo un sueño hecho realidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *